La capitana del Embutidos Pajariel Bembibre, Anna Palma, cumplirá el próximo jueves, en el duelo del conjunto berciano en la cancha del Tenerife, su 100º partido en Liga Femenina Endesa. La alero catalana se convertirá en centenaria en la máxima competición de baloncesto femenino español en el Santiago Martín de San Cristóbal de La Laguna, donde precisamente firmó una de sus mejores actuaciones en la categoría la pasada temporada en el triunfo rojillo frente al cuadro insular.
En este sentido, asegura que “es especial alcanzar la cifra de 100 partidos” más allá del escenario. “De todos los pabellones tengo algún recuerdo”, puntualiza la internacional en categorías de formación, que recuerda que aquel encuentro “destacó a nivel de puntos. He hecho otros partidos en los que he acabado con mejor sabor de boca sin haber hecho tanta estadística”, aclara la jugadora de una escuadra berciana en la que vive su tercera temporada y se siente muy a gusto: “Es especial llegar a esa cifra con esta camiseta”.
Sobre el debut: “Estaba muy nerviosa porque era cumplir un sueño”
Cien partidos se cumplirán desde aquel 17 de octubre de 2018 en que se produjo su debut con Cadí La Seu en A Malata frente a BAXI Ferrol. 51-66 venció entonces el cuadro urgelitano, que aquella temporada volvió a disputar el play-off por el título y cayó en semifinales frente a un SPAR Girona que acabaría siendo campeón de Liga Femenina Endesa y que también fue su verdugo en la semifinal de una Copa de la Reina que acabaría proclamando campeón a Perfumerías Avenida.
Recuerda Palma que “estaba muy nerviosa porque suponía cumplir un sueño al llegar a la Liga Femenina Endesa con el club en el que había empezado a jugar. No sabía cómo reaccionar, pero estaba rodeada de un equipo de grandes personas y jugadoras”, reconoce la catalana, que añade que “me lo hicieron más fácil”. Sin duda, fue una temporada especial y recuerda que “nos llevábamos muy bien. En la Copa de la Reina vino mucha gente a apoyarnos, fue un momento bonito porque la gente estaba muy implicada”, resalta.
A Bembibre para “tener los minutos que una jugadora joven necesita”
Tras dos temporadas en el equipo pirenaico, en 2020 ficha por Embutidos Pajariel Bembibre, un momento que recuerda “con ilusión. Tenía ganas de salir de La Seu y tener los minutos que una jugadora joven necesita”, argumenta la alero ilerdense, que recuerda que “Pepe [Vázquez] ya había intentado que viniera antes y decidí que era el momento perfecto. Necesitaba un salto, pero estaba nerviosa porque salía de casa por primera vez”, admite Palma, que asegura sentirse “cómoda, muy del pueblo” en la villa del Boeza.
Esto, además, se traslada a un grupo en el que la jugadora catalana se encuentra muy feliz porque “este año tenemos muy buena sintonía en el equipo. La gente está muy metida y confía mucho en que podemos ganar”, subraya Palma, que considera que esta es una de las claves del equipo esta temporada. “Fue importante para que pudiéramos dar la sorpresa en la primera jornada frente a IDK Euskotren”, explica la capitana de la formación bembibrense, que reivindica la necesidad de “sentirse bien fuera para rendir en la pista”.
“Este año soy capaz de controlar lo que puedo hacer”
De sus dos etapas la alero leridana guarda relaciones y amistades especiales con jugadoras como Yurena Díaz, Georgina, Bahí o Lucila Pascua. Sobre la jugadora de Movistar Estudiantes Laura Méndez, destaca que “hemos sido uña y carne durante dos temporadas” en Bembibre. “Sabe sacar lo mejor de mí”, recuerda sobre la jugadora de Perfumerías Avenida Andrea Villaró una Palma que acumula 160 partidos en Competiciones de la Federación Española de Baloncesto (FEB) tras su estreno en Liga Femenina 2 con Segle XXI.
En la actualidad, asume que sus mayores virtudes están en defensa. “Me siento cómoda”, asegura Palma, que se ve capaz de “dar serenidad, saber cuándo hay que correr o cuándo no. Saber leer el partido”, precisa la exterior urgelitana, centrada en “mejorar la confianza en el tiro” más allá del margen de crecimiento en defensa. “Este año soy capaz de controlar lo que puedo hacer y de generar situaciones para mí y para mis compañeras”, apostilla.
Se aprecia una Anna Palma distinta desde que llegó a orillas del Boeza. De hecho, reitera que “soy más madura, más consciente de lo que puedo controlar. A veces nos ofuscamos con lo que no podemos controlar y no podemos hacer nada”, lamenta la catalana, que opina que “esto me hace ser más inteligente. He tenido la suerte de estar con gente experta para entender el sacrificio de entrenar independientemente de jugar o no”, concluye.
Fotos: Mila García y Agustí Peña.
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