Un triunfo más y la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE) se coronará como campeona de la Liga Ecuatoriana. Después de disputar los dos primeros partidos en el Coliseo Julio César Hidalgo de Quito, no podía afrontar con mejores perspectivas el tercer envite de la final el equipo de ‘Chiqui’ Barros, que acumula un 2-0 en la serie al mejor de cinco encuentros. Nuevamente, y ya son cuatro las veces en que se han visto las caras en la presente temporada, las capitalinas se impusieron a un Santa María que, como en anteriores ocasiones, exigió al cuadro equinoccial su mejor puesta en escena.
Como era de esperar, la escuadra dirigida por el entrenador del Club Baloncesto Bembibre respondió con su versión más completa para ampliar su pleno de triunfos a 14, lo que supone un récord absoluto en el campeonato nacional. Ahora dispondrá de tres oportunidades para sentenciar el título, la primera de ellas el próximo 26 de junio (madrugada del 27 en España). Por tanto, habrá un parón de más de una semana en la final, debido a que el próximo fin de semana el cuadro de Machala disputará la primera fase de la Liga Sudamericana.
Pese al 76-66 que reflejó el luminoso al final del choque de este martes (madrugada del miércoles en España), el partido fue, al igual que el anterior, mucho más complicado de lo que parece para las de la capital ecuatoriana. Como en el duelo precedente, las equinocciales volvieron a aprovechar la ventaja de contar con el apoyo de su afición para resistir ante el empuje y la bravura de un conjunto que refrendó su condición de vigente campeón de Ecuador. Además, supo administrar una renta que fue muy importante en ciertas fases del encuentro, si bien se vio reducida hasta tal punto que el partido pudo caer para cualquiera de los dos contendientes.
LA CRÓNICA: LA UTE SABE SUFRIR PARA PONER EL 2-0
De inicio, un único cambio propusieron los técnicos en sus quintetos respecto al primer encuentro: la ecuatoriana Edith Noblecilla, que tuvo un papel muy relevante para la UTE el día anterior, acompañó a las estadounidenses Lyndra Weaver e Yvonne Turner, así como a sus compatriotas Marjorie Caicedo y Dayanna Salcedo. Por el cuadro machaleño, las mismas jugadoras, encabezadas por las extranjeras Maja Vucurovic -serbia- y Ashley Bruner -estadounidense-, junto a las nacionales Doris Lasso, Érika Calderón y Daniela Mora.
Como se podía prever, la paridad en el marcador dominó los primeros compases de la cita, aunque el dominio en los primeros diez minutos acabaría siendo del cuadro tecnológico, que apenas estuvo en inferioridad dos ataques. Una buena racha de las capitalinas, que lograron encadenar 8 puntos sin respuesta de las machaleñas, obligó a Sebastián Lanzieri a pedir un tiempo muerto, un receso que no detendría a las pupilas de ‘Chiqui’ Barros. De hecho, fueron capaces de colocar la ventaja en dobles figuras, una renta que pudieron mantener a la finalización del primer cuarto (27-10) gracias a su gran acierto en ataque y su alto nivel defensivo.
El segundo periodo confirmó que la defensa sería clave, fundamental para que la escuadra local pudiera mantener en el doble dígito la ventaja adquirida en los minutos previos. Lo consiguieron, a pesar de una tímida reacción de las visitantes cerca del ecuador de este segundo cuarto, e incluso llegaron a incrementarla gracias a dos triples de la equinoccial Vicky Morales. No pudieron las machaleñas acercarse antes del descanso, al que se llegó con el 41-25 en el luminoso.
Al igual que en el duelo precedente, las de Lanzieri trataron de reducir la diferencia tras el paso por los vestuarios. Lo consiguieron en parte y de forma irregular, puesto que tras recortar tímidamente la desventaja, un parcial de 7-0 para las quiteñas repuso una renta que llegó a la veintena (58-38) una vez superada la mitad de este tercer acto. La cuarta personal cometida por Weaver obligó a Barros a sustituirla, situación que aprovecharon las visitantes para aproximarse en el marcador y reengancharse al partido de cara a los últimos diez minutos, a los que se llegó con el 58-46 en el electrónico.
Llegaba el tramo decisivo y se complicaba el panorama para las capitalinas, que recibían un parcial que se iba al 0-15 en el acumulado con el tercer periodo. No obstante, comandadas de nuevo por Weaver resistían las equinocciales gracias al acierto de la jugadora que jugó en las filas del Rivas Ecópolis durante el último curso. Con todo por jugarse, Dayanna Salcedo cometía la quinta personal, un hecho que no descompuso al cuadro quiteño. Al contrario y pese a la lesión de Weaver, contuvo a su rival, mantuvo el tipo y evitó que su renta se rebajara a menos de una canasta. Al final, la ventaja incluso se disparó hasta la decena con el definitivo 76-66.
Fotografías: UTE y Verónica González.