Hace apenas una semana, la jugadora del Embutidos Pajariel Bembibre Laura Aliaga regresó a España después de dos meses participando en la Liga Argentina. La alero militó en Olímpico, “un equipo que era totalmente nuevo”, explica la alicantina, que destaca, eso sí, sus “ganas de trabajar”. Esta etapa en el país sudamericano, como recuerda, “ha sido increíble”, en un baloncesto distinto, principalmente, en el plano físico.
Deportivamente, Aliaga no pudo alargar su periplo en Argentina, pues Olímpico no pudo acceder a las eliminatorias después de acabar con dos victorias en los diez compromisos de la fase regular. La exterior alicantina, no obstante, sí tuvo un papel destacado, con más de 10 puntos de promedio por partido, a los que agregó más de 4 rebotes y cerca de 2 asistencias. Su mejor actuación se produjo ante el Berazategui, firmando 22 tantos y 7 capturas para un 23 de valoración.
La Final Four, gran colofón de la competición
Fue un campeonato complicado para las de La Banda, que arrancaron con tres derrotas consecutivas ante el que sería campeón invicto de la Conferencia Norte, Obras Basket, Berazategui y el Quimsa de Itziar Germán. Sería en la siguiente cita, precisamente ante este último rival, cuando las de Fabián Small lograron estrenar su casillero de triunfos. Los siguientes duelos, ambos ante el Hindú, se resolvieron con sendas derrotas para el Olímpico, que tuvo, no obstante, posibilidades de vencer en ambos. La mala racha creció hasta las cinco derrotas consecutivas. La misma acabó en la despedida del equipo de La Banda, que cerró la competición venciendo a Hindú con una formidable actuación de Aliaga, que aportó 17 tantos.
El primer fin de semana de julio se disputará la Final Four, donde estarán Berazategui, Lanús, Unión Florida y un Obras Basket en el que milita la exjugadora bembibrense Ariel Edwards. También Regina Gómez, que jugó con Laura en el Instituto de Fertilidad Air Europa la pasada campaña. Según la alero, “Obras y Berazategui son dos equipos muy competitivos, con grupos consolidados y con mucha experiencia. Obras juega con un estilo atractivo por su dinamismo y velocidad”, concreta.
“El equipo era totalmente nuevo”
Laura llegó a Argentina después de ser elegida en el Draft por el equipo de La Banda. En él participaron jugadoras extranjeras, que “aportan -precisa- un estilo de juego distinto y experiencia para afrontar los partidos. Muestran una visión distinta que puede ayudar y enseñar cosas a las jugadoras y los entrenadores. Esto es recíproco, pues a mí, en particular, me aportaron cosas útiles”, puntualiza.
Asimismo, la alicantina recuerda que “mi equipo era totalmente nuevo y pocas jugadoras habían coincidido en algún momento de sus carreras. Era un grupo con muchas ganas de trabajar y hacer las cosas bien”, añade la exterior rojilla, que aclara que “teníamos que dar pasos muy grandes para entendernos bien en la pista como otros equipos, que se conocen porque varias de sus jugadoras habían jugado juntas durante el año”.
Lo principal, sin duda, vivir en un baloncesto distinto al europeo. “La primera diferencia es física, pues en España, por ejemplo, tenemos jugadoras más altas y más fuertes”, explica Laura, que asegura que “en Argentina, además, se permiten más contactos, algo que resulta atractivo. El nivel del baloncesto es bueno, pero el baloncesto europeo sigue siendo mejor”, opina la alero, que considera, no obstante, que “dentro de unos años, cuando la Liga se consolide, Argentina dará que hablar”.
“Me alegro mucho de haber tomado la decisión de irme”
En el plano personal, Laura asegura que “la experiencia en Argentina ha sido increíble. La verdad es que me alegro mucho de haber tomado la decisión de irme a jugar unos meses allí. Al principio iba con algo de miedo por tratarse de un país desconocido para mí y no a lo que estoy acostumbrada”, reconoce la alicantina, feliz porque asegura que “en el club se portaron muy bien conmigo, siempre ayudándome y siendo muy cercanos en todo momento”.
El buen trato recibido, de hecho, es algo de lo que Laura está muy orgullosa, pues le permitió disfrutar de una estancia mucho más agradable. “De este modo, estar a tantos kilómetros de casa no supuso ningún problema. Me impresionó, al vivir en una localidad tan pequeña, ver gallinas y perros solos por la calle”, admite una sorprendida Laura, que recuerda con cariño el trato recibido: “La gente es muy amable y generosa”.